El Consumismo
El consumismo es la introducción al consumo no necesario a través de una larga publicidad que lleva a la compra de productos no necesarios y rápidamente sustituibles por otros, igualmente innecesarios y poco perdurables, con el fin de mantener la producción.
En el consumismo es importante el hecho de consumir, tal vez lo más característico sea el hecho insaciable que crea.
También podemos definir el consumismo como una forma de estimulación no necesaria, propia del capitalismo destinada a actuar como mecanismo de sostenimiento de una actividad productiva creciente.
Con estas definiciones podemos decir que hoy en día nuestra sociedad se a convertido en una sociedad muy consumista. Hoy en día, como por ejemplo los jóvenes, se han convertido en unos grandes consumistas:“me voy a comprar los zapatos que salen en la tele”. La juventud se ha convertido en el centro de la producción y en los técnicos de ventas con la intención de crear más necesidades: el producir, usar y tirar se convierte en la necesidad de descubrir, experimentar y vivir nuevas y continúas experiencias del joven.
Nos hemos convertido en una sociedad en la que cuanto más tenemos, más queremos.
Las mujeres son también grandes consumistas. Las grandes empresas han conseguido abusar de la mujer, por ejemplo para vender una loción, utilizan a una mujer guapa y atractiva o en su defecto, famosa.
Pero todos en general hemos llegado a ser unos grandes consumistas, en la medida de que si sale en la televisión, tengo que comprármelo.
Todos tenemos que consumir productos o servicios, es evidente.
La “compra compulsiva”, por capricho, que no responde a necesidades del individuo crece sin parar.
En este factor también influyen la publicidad, las marcas, las fiestas (como la Navidad) que veremos a continuación.
El consumismo en la sociedad:
Aunque a simple vista pudiera parecer lo contrario, los hábitos consumistas en nuestra sociedad es un fenómeno relativamente reciente. Los más jóvenes hemos nacido en este ambiente y los adultos se han habituado a cambios significativos en sus pautas de consumo.
La Televisión, tan vinculada al fenómeno consumista, no inició su andadura hasta finales de los años 50 y tardó más de una década en extenderse. El cine de Hollywood y la influencia norteamericana sobre la industria cultural, fundamentalmente audiovisual, marcaron nuevas pautas de comportamiento.
Abrió una etapa en la que, por primera vez, diversos estratos y capas sociales, tuvieron acceso a bienes y servicios que hasta ese momento les habían estado vetados.
El efecto uniformador de la televisión, el control del mercado por parte de las multinacionales y el mayor contacto con los centros emisores y difusores de los hábitos del consumo y de la moda han propiciado que, en pocos años, la austera sociedad española se haya convertido en el ámbito consumista que padecemos.
«Usar y tirar» La adquisición de lo superfluo se ha convertido en norma aunque, a veces, sea perjudicial para la salud o para el medioambiente. La adquisición convulsiva de las últimas novedades del mercado (ordenadores, compacts discs, automóviles, etc.) está estrechamente vinculada a las aspiraciones de los jóvenes que, si bien prolongan sus estudios y ven limitadas sus posibilidades de acceder al mercado laboral, han adquirido tempranamente hábitos consumistas, en virtud de los cuales, no vinculan su incorporación a la vida productiva con su exigencia de disponer de bienes y servicios.
Toda persona consumista es, por definición, un inmaduro o inmadura, incapaz de elegir libremente y esclavo de unos hábitos que lo convierten en un juguete manipulado por intereses espurios.
El consumismo en Navidades
Las fiestas navideñas, más allá de su significado religioso, constituyen la época privilegiada del año para hacer regalos. En estas fechas, las empresas sacan sus productos al mercado y bombardean al consumidor con sus mejores ventajas y cualidades envueltas en el celofán brillante de la publicidad. Es inevitable caer y comprar no sólo los productos alimenticios que se necesitan para las cenas y comidas navideñas sino también los regalos de diferentes caracteres y precios para familiares y amigos.
Los grandes almacenes se llenan y cierran en horas inoportunas y los ciudadanos se dejan llevar por la publicidad y la ansiedad para adquirir más productos de los que se necesitan Y es que las Navidades son las fiestas consumistas por excelencia y más de uno se pregunta si alguien todavía se acuerda de verdad del significado de las celebraciones religiosas. Comprar, comprar y comprar, todo el
mundo quiere comprar y regalar .
La gran demanda navideña es aprovechada por las empresas que ponen los precios de los productos por las nubes. Es la época en la que aparecen los productos típicamente navideños como turrones, polvorones, champán, cavas o mariscos.
Los viejos valores de la Navidad como festividad que rememora el nacimiento de Jesús para los católicos o la unión familiar que se establece en estas fechas, desaparecen ante las compras y los regalos. Pero a todos les da igual, porque las calles se engalanan de luces y las casas se adornan con belenes y árboles navideños y si la Navidad sirve de pretexto para comprar, pues entonces bienvenida sea, porque la sociedad en la que vivimos es consumista por naturaleza.
El consumismo: la publicidad.
La publicidad y el marketing son creadores de necesidades y deseos: llaman la atención y despiertan el interés, producen el deseo y casi nos conducen a la compra del producto. Se compra siguiendo unos modelos estándar: persona que vive confortablemente; señor de éxito, triunfador; persona de prestigio social, etc.
El resultado de algunos estudios sobre el consumismo han demostrado que los niños son los mejores consumidores. Los niños son las víctimas principales de la publicidad desenfrenada. En relación con la alimentación, el exceso de publicidad ha cambiado algunos hábitos de consumo infantil, no sólo se consumen más alimentos "chatarra" sino muchos otros que no son siempre los mejores para
una buena alimentación.
Para el cuidado de la alimentación se han introducido una serie de disposiciones gubernamentales. Algunas mandan incluir leyendas en la publicidad que promueven una dieta balanceada.
Pero ¿Qué ha sucedido en los años más recientes como consecuencia de la publicidad en los medios masivos, sobre todo la TV?, que a los niños se les han impuesto por medio de la publicidad, los juegos y los juguetes.
Podremos ver que esos juegos y juguetes no se lanzan al mercado apoyados únicamente por una fuerte campaña, sin importarles a las grandes multinacionales lo que piensen los niños de ese producto o si será resistente y divertido.
Y qué consecuencias tienen los niños ante esto?, como el juego y los juguetes no fueron escogidos por ellos, casi inmediatamente son abandonados.
·
El poco o mucho uso de ese tipo de juguetes, no obstante que es un juego que ellos no eligieron, si llega a causarles un daño en cuanto que, por lo común, esos juegos y juguetes representan acciones violentas, agresivas y destructivas.
Tomando en cuenta el tipo de juguetes que se producen, resultan inhibidos de la fantasía, iniciativa e inventiva de los niños.
Seguramente más de una vez nos ha tocado presenciar cómo un pequeño que apenas puede andar, juega a matar a todo aquel que se le pone enfrente.
Como resultado de la TV, hoy día los niños y jóvenes emplean un lenguaje muy pobre condicionado por la permanencia de los personajes y de los programas que lo crean.
Las formas de hablar , los gustos y modas , sacadas de la TV, igualan los gustos de los jóvenes, intentando que imiten los cánones impuestos por la publicidad.
Lo mismo ocurre con la música ya que se da importancia a gente sin ningún merito musical únicamente por su buen aspecto haciendo que los jóvenes den de lado a la buena música o los grandes clásicos ya que los empiezan a considerar anticuados, además destruyen el criterio de los jóvenes ante la música ya que llega un momento en el que no saben diferenciar a los músicos "basura" de los que
realmente son músicos.
Funciones de la publicidad.
Función sustitutiva: Es cuando el objeto que se anuncia se le dota de cualidades que realmente no tiene.
Estereotipo: Es la que se encarga de igualar los gustos de las personas y formas de pensar haciendo que el consumidor compren objetos del mismo tipo.
Olvidar problemas: Es la que muestra únicamente el lado bello del mundo mostrando prototipos de personas felices y perfectas que están muy lejos de la muerte y el dolor.
Función conservadora: Es la que tiende a consolidar los valores establecidos de la sociedad.
Función ideológica: Es la que se encarga de crear estados de opinión en la sociedad
Consecuencias del consumismo:
- Aumenta las diferencias existentes entre los países ricos y los pobres.
- Genera bolsas de pobreza.
- Deteriora el medio ambiente
- Hace confundir a las personas haciéndoles confundir lo que son con lo que tienen.
- El consumismo no es un modo adecuado ni inteligente de lograr la felicidad.
Por lo tanto el consumismo es injusto, insolidario y deshumanizador.
De la novedad a la basura: problemas de la sociedad de consumo.
El dinamismo de la producción en la sociedad de consumo tiene aspectos positivos: el crecimiento económico, la mejora de la calidad de vida, el aumento de las posibilidades de ocio y de tiempo libre.
Pero la sociedad de consumo tiene aspectos negativos y creo muchos y graves problemas:
En los países desarrollados los ciudadanos que disfrutan de las posibilidades que
ofrece la sociedad viven según unos modelos que deben renovarse continuamente:
en el ámbito profesional y familiar, en el entorno social y profesional.
La rueda del consumo gira vertiginosamente: aumentan las necesidades y se consume sin freno.
Los ciudadanos de los países que no pueden disfrutar del consumo son marginados y muchas veces condenados
a la supervivencia. En las grandes ciudades de España, miles de personas malviven en autenticas bolsas de miseria.
Los países del tercer mundo son los países pobres y subdesarrollados. Disponen de pocos recursos, y si los tienen,
son materias primas y fuentes de energía que explotan los países ricos del Primer Mundo.
Ruptura del equilibrio en la relación hombre-naturaleza. La fabricación de lo que consumimos precisa de recursos naturales, y el consumismo acelerado produce una sobreexplotación de estos recursos, la generación continua de desechos y el nacimiento de nuevos problemas en una dinámica imparable que puede llegar a paralizar la misma sociedad del bienestar.
En el consumismo es importante el hecho de consumir, tal vez lo más característico sea el hecho insaciable que crea.
También podemos definir el consumismo como una forma de estimulación no necesaria, propia del capitalismo destinada a actuar como mecanismo de sostenimiento de una actividad productiva creciente.
Con estas definiciones podemos decir que hoy en día nuestra sociedad se a convertido en una sociedad muy consumista. Hoy en día, como por ejemplo los jóvenes, se han convertido en unos grandes consumistas:“me voy a comprar los zapatos que salen en la tele”. La juventud se ha convertido en el centro de la producción y en los técnicos de ventas con la intención de crear más necesidades: el producir, usar y tirar se convierte en la necesidad de descubrir, experimentar y vivir nuevas y continúas experiencias del joven.
Nos hemos convertido en una sociedad en la que cuanto más tenemos, más queremos.
Las mujeres son también grandes consumistas. Las grandes empresas han conseguido abusar de la mujer, por ejemplo para vender una loción, utilizan a una mujer guapa y atractiva o en su defecto, famosa.
Pero todos en general hemos llegado a ser unos grandes consumistas, en la medida de que si sale en la televisión, tengo que comprármelo.
Todos tenemos que consumir productos o servicios, es evidente.
La “compra compulsiva”, por capricho, que no responde a necesidades del individuo crece sin parar.
En este factor también influyen la publicidad, las marcas, las fiestas (como la Navidad) que veremos a continuación.
El consumismo en la sociedad:
Aunque a simple vista pudiera parecer lo contrario, los hábitos consumistas en nuestra sociedad es un fenómeno relativamente reciente. Los más jóvenes hemos nacido en este ambiente y los adultos se han habituado a cambios significativos en sus pautas de consumo.
La Televisión, tan vinculada al fenómeno consumista, no inició su andadura hasta finales de los años 50 y tardó más de una década en extenderse. El cine de Hollywood y la influencia norteamericana sobre la industria cultural, fundamentalmente audiovisual, marcaron nuevas pautas de comportamiento.
Abrió una etapa en la que, por primera vez, diversos estratos y capas sociales, tuvieron acceso a bienes y servicios que hasta ese momento les habían estado vetados.
El efecto uniformador de la televisión, el control del mercado por parte de las multinacionales y el mayor contacto con los centros emisores y difusores de los hábitos del consumo y de la moda han propiciado que, en pocos años, la austera sociedad española se haya convertido en el ámbito consumista que padecemos.
«Usar y tirar» La adquisición de lo superfluo se ha convertido en norma aunque, a veces, sea perjudicial para la salud o para el medioambiente. La adquisición convulsiva de las últimas novedades del mercado (ordenadores, compacts discs, automóviles, etc.) está estrechamente vinculada a las aspiraciones de los jóvenes que, si bien prolongan sus estudios y ven limitadas sus posibilidades de acceder al mercado laboral, han adquirido tempranamente hábitos consumistas, en virtud de los cuales, no vinculan su incorporación a la vida productiva con su exigencia de disponer de bienes y servicios.
Toda persona consumista es, por definición, un inmaduro o inmadura, incapaz de elegir libremente y esclavo de unos hábitos que lo convierten en un juguete manipulado por intereses espurios.
El consumismo en Navidades
Las fiestas navideñas, más allá de su significado religioso, constituyen la época privilegiada del año para hacer regalos. En estas fechas, las empresas sacan sus productos al mercado y bombardean al consumidor con sus mejores ventajas y cualidades envueltas en el celofán brillante de la publicidad. Es inevitable caer y comprar no sólo los productos alimenticios que se necesitan para las cenas y comidas navideñas sino también los regalos de diferentes caracteres y precios para familiares y amigos.
Los grandes almacenes se llenan y cierran en horas inoportunas y los ciudadanos se dejan llevar por la publicidad y la ansiedad para adquirir más productos de los que se necesitan Y es que las Navidades son las fiestas consumistas por excelencia y más de uno se pregunta si alguien todavía se acuerda de verdad del significado de las celebraciones religiosas. Comprar, comprar y comprar, todo el
mundo quiere comprar y regalar .
La gran demanda navideña es aprovechada por las empresas que ponen los precios de los productos por las nubes. Es la época en la que aparecen los productos típicamente navideños como turrones, polvorones, champán, cavas o mariscos.
Los viejos valores de la Navidad como festividad que rememora el nacimiento de Jesús para los católicos o la unión familiar que se establece en estas fechas, desaparecen ante las compras y los regalos. Pero a todos les da igual, porque las calles se engalanan de luces y las casas se adornan con belenes y árboles navideños y si la Navidad sirve de pretexto para comprar, pues entonces bienvenida sea, porque la sociedad en la que vivimos es consumista por naturaleza.
El consumismo: la publicidad.
La publicidad y el marketing son creadores de necesidades y deseos: llaman la atención y despiertan el interés, producen el deseo y casi nos conducen a la compra del producto. Se compra siguiendo unos modelos estándar: persona que vive confortablemente; señor de éxito, triunfador; persona de prestigio social, etc.
El resultado de algunos estudios sobre el consumismo han demostrado que los niños son los mejores consumidores. Los niños son las víctimas principales de la publicidad desenfrenada. En relación con la alimentación, el exceso de publicidad ha cambiado algunos hábitos de consumo infantil, no sólo se consumen más alimentos "chatarra" sino muchos otros que no son siempre los mejores para
una buena alimentación.
Para el cuidado de la alimentación se han introducido una serie de disposiciones gubernamentales. Algunas mandan incluir leyendas en la publicidad que promueven una dieta balanceada.
Pero ¿Qué ha sucedido en los años más recientes como consecuencia de la publicidad en los medios masivos, sobre todo la TV?, que a los niños se les han impuesto por medio de la publicidad, los juegos y los juguetes.
Podremos ver que esos juegos y juguetes no se lanzan al mercado apoyados únicamente por una fuerte campaña, sin importarles a las grandes multinacionales lo que piensen los niños de ese producto o si será resistente y divertido.
Y qué consecuencias tienen los niños ante esto?, como el juego y los juguetes no fueron escogidos por ellos, casi inmediatamente son abandonados.
·
El poco o mucho uso de ese tipo de juguetes, no obstante que es un juego que ellos no eligieron, si llega a causarles un daño en cuanto que, por lo común, esos juegos y juguetes representan acciones violentas, agresivas y destructivas.
Tomando en cuenta el tipo de juguetes que se producen, resultan inhibidos de la fantasía, iniciativa e inventiva de los niños.
Seguramente más de una vez nos ha tocado presenciar cómo un pequeño que apenas puede andar, juega a matar a todo aquel que se le pone enfrente.
Como resultado de la TV, hoy día los niños y jóvenes emplean un lenguaje muy pobre condicionado por la permanencia de los personajes y de los programas que lo crean.
Las formas de hablar , los gustos y modas , sacadas de la TV, igualan los gustos de los jóvenes, intentando que imiten los cánones impuestos por la publicidad.
Lo mismo ocurre con la música ya que se da importancia a gente sin ningún merito musical únicamente por su buen aspecto haciendo que los jóvenes den de lado a la buena música o los grandes clásicos ya que los empiezan a considerar anticuados, además destruyen el criterio de los jóvenes ante la música ya que llega un momento en el que no saben diferenciar a los músicos "basura" de los que
realmente son músicos.
Funciones de la publicidad.
Función sustitutiva: Es cuando el objeto que se anuncia se le dota de cualidades que realmente no tiene.
Estereotipo: Es la que se encarga de igualar los gustos de las personas y formas de pensar haciendo que el consumidor compren objetos del mismo tipo.
Olvidar problemas: Es la que muestra únicamente el lado bello del mundo mostrando prototipos de personas felices y perfectas que están muy lejos de la muerte y el dolor.
Función conservadora: Es la que tiende a consolidar los valores establecidos de la sociedad.
Función ideológica: Es la que se encarga de crear estados de opinión en la sociedad
Consecuencias del consumismo:
- Aumenta las diferencias existentes entre los países ricos y los pobres.
- Genera bolsas de pobreza.
- Deteriora el medio ambiente
- Hace confundir a las personas haciéndoles confundir lo que son con lo que tienen.
- El consumismo no es un modo adecuado ni inteligente de lograr la felicidad.
Por lo tanto el consumismo es injusto, insolidario y deshumanizador.
De la novedad a la basura: problemas de la sociedad de consumo.
El dinamismo de la producción en la sociedad de consumo tiene aspectos positivos: el crecimiento económico, la mejora de la calidad de vida, el aumento de las posibilidades de ocio y de tiempo libre.
Pero la sociedad de consumo tiene aspectos negativos y creo muchos y graves problemas:
En los países desarrollados los ciudadanos que disfrutan de las posibilidades que
ofrece la sociedad viven según unos modelos que deben renovarse continuamente:
en el ámbito profesional y familiar, en el entorno social y profesional.
La rueda del consumo gira vertiginosamente: aumentan las necesidades y se consume sin freno.
Los ciudadanos de los países que no pueden disfrutar del consumo son marginados y muchas veces condenados
a la supervivencia. En las grandes ciudades de España, miles de personas malviven en autenticas bolsas de miseria.
Los países del tercer mundo son los países pobres y subdesarrollados. Disponen de pocos recursos, y si los tienen,
son materias primas y fuentes de energía que explotan los países ricos del Primer Mundo.
Ruptura del equilibrio en la relación hombre-naturaleza. La fabricación de lo que consumimos precisa de recursos naturales, y el consumismo acelerado produce una sobreexplotación de estos recursos, la generación continua de desechos y el nacimiento de nuevos problemas en una dinámica imparable que puede llegar a paralizar la misma sociedad del bienestar.