El Discurso
En un acto de habla puede manifestarse de dos formas: individual o monólogo, o de modo interlocutivo o diálogo.
TIPOS DE DISCURSO.
Una vez comprendido lo que es el discurso es imperante dar la clasificación de los discursos es así que encontramos una amplia gama de clasificaciones que están en función del fin comunicativo, es así que en este apartado nos enfocaremos y vamos a trabajar con esta clasificación que es la más aceptada ya que contemplo la mayoría de los momento comunicativos y en esta clasificación es que encontramos al discurso dividido en:
o Discurso Narrativo.
o Discurso Expositivo.
o Discurso Argumentativo.
o Discurso Publicitario.
DISCURSO NARRATIVO.
El discurso narrativo es la exposición de unos hechos relatables por medio de una trama y un argumento. Por supuesto, es el que se utiliza en la novela y el cuento, pero cada vez más personas recurren a sus bondades fuera de la literatura sino también en noticias chistes etc.
En cuanto tal, la historia sólo puede tener un mérito: el conseguir que el público quiera saber qué ocurre después. A la inversa, sólo puede tener un defecto: conseguir que el público no quiera saber lo que ocurre después. Es el organismo literario más primitivo y más elemental. sin embargo, es el más común de todos esos organismos complejos que conocemos como novelas.
Esta cualidad del discurso narrativo viene dada por la intriga o la tensión narrativa, que consiste en abrir uno o varios hilos de acción que no se resuelven hasta el final (o que se van resolviendo poco a poco, pero quedando siempre alguno pendiente) o, lo que es lo mismo, ir creando expectativas al lector y satisfacerlas gradualmente.
También por esto las partes del discurso narrativo se denominan inicio, nudo y desenlace. En el inicio se plantean uno o varios personajes que empiezan alguna acción, en el nudo se plantean un conflicto y en el desenlace éste se resuelve.
Las formas en las que el discurso narrativo se desarrolla serían la descripción, la narración, el diálogo, el monólogo, la elipsis... y la estrategia discursiva más utilizada correspondería a la asociación por analogía, que es lo que en lenguaje literario se llamaría metáfora.
DISCURSO EXPOSITIVO.
El discurso expositivo es el que busca informar de determinada cuestión o aclararla. Ha de ser, por tanto, un texto limpio y poco llamativo. El lector lo va a leer porque le interesa el contenido, no obstante, como cualquier escrito, ha de hacérsele agradable y entretenido, porque si no lo dejará a la mitad, por muy interesado que esté en el tema. Sus principales características son:
Claridad: La exposición ha de ser clara ante todo el texto nos lo aclara el tópico alrededor del cual esta trabajando.
Concisión: El discurso ha de ser conciso, sintético, las ideas que refleje estén expresadas con exactitud en el menor número de frases. Objetividad: Un texto expositivo no debe reflejar opiniones personales y, si lo hace, éstas han de estar enmascaradas tras una apariencia objetiva. Si escribimos para que nos aclaren una duda y nos contestan con frases como (Yo creo que), (Es posible que) nos podemos enfadar, con todo el derecho.
Centrarse en el tema: Un cuento puede ser digresivo. Un texto expositivo no. Ha de atenerse al tema en todo momento y no desviarse. Cualquier idea que se salga del asunto del que estamos hablando, sin importar su genialidad, ha de rechazarse al instante.
La construcción del discurso expositivo ha de estar bien estructurada: una introducción que aclare el tema, la explicación propiamente dicha y un epílogo o resumen que recuerde al lector todas las ideas tratadas.
En cuanto a las estrategias discursivas, se podrán utilizar todos los tipos de asociaciones pero sobre todo las relaciones por analogía, causa, consecuencia, precedencia y sucesión.
DISCURSO ARGUMENTATIVO.
El objetivo principal del discurso argumentativo es convencer, y a ello debe ir dirigida cada palabra que elijamos. Convencer no significa, avasallar ni ofender ni despreciar, sino acudir al entendimiento lógico del lector para que comprenda nuestras razones. Dado que vamos a intentar introducir un concepto nuevo sobre alguna cuestión que el lector no tiene a priori, habrá que poner especial cuidado en que esa intromisión en la configuración de su mente no sea brusca, sino que al leer el texto le parezca que eso es lo que ha opinado siempre, o que ha sido él mismo el que ha sacado las conclusiones.
Las características del texto argumentativo han de ser:
Lógica: Los argumentos u opiniones que se den han de tener una base racional bien sólida. El discurso no puede tener una apariencia arbitraria.
Convicción: Las razones que se aporten han de ser convincentes. Eso no quiere decir que sean verdaderas, sino que tienen que parecer verdaderas. Sería parecido a la diferencia entre realidad y verosimilitud (a veces la realidad es inverosímil, y la ficción de un relato puede parecer real como la vida misma).
Suavidad: Es importante que la argumentación se desarrolle suavemente, sin prepotencia ni brusquedad. Ha de parecer que las ideas han estado ahí desde siempre, y que nosotros lo único que hemos hecho es transcribir (como meros amanuenses) una verdad universal.
Humildad: Un discurso argumentativo bien construido ha de ser humilde, sin aires de grandeza ni de erudición. El lector desconfía de quien necesita grandes palabras para argumentar una opinión.
El discurso argumentativo se estructura de la siguiente manera: en primer lugar se expone la tesis (a modo de introducción) o las ideas que se pretenden demostrar; luego se pasa a la argumentación propiamente dicha, con las opiniones concretas razonadas convenientemente; finalmente se expresa la conclusión, que vuelve a la idea inicial, pero esta vez con el peso de la razón detrás.
Las estrategias discursivas más utilizadas en este tipo de discurso son la analogía, la asociación por contrario, la generalización, la ejemplificación y la experiencia personal y de autoridades.
DISCURSO EXPOSITIVO.
El objetivo de un texto publicitario es vender un producto, y el redactor habrá de utilizar todos los recursos posibles para alcanzar ese objetivo, sin ningún tipo de escrúpulos. Los publicistas son los mayores ladrones de la historia: han robado sonatas a grandes compositores, cuadros a los pintores, frases a los escritores, canciones a los cantantes, expresiones a la gente de a pie es que siempre tienen que estar renovando su repertorio.
Por culpa de la competencia y la saturación de la publicidad, las características fundamentales que ha de cumplir el discurso publicitario son:
Ser atractivo: Tiene que conseguir seducir al lector, aunque sea a base de mentiras (en el fondo todos estamos deseando que nos mientan un poco, que nos pinten el mundo del color de la esperanza).
Sorprender: El lector sólo leerá lo que llame su atención, por lo que el discurso publicitario tiene que ofrecer siempre algo nuevo, algo único. Los creativos se rompen la cabeza pensando en formas nuevas de vender lo mismo de siempre.
Huir de la monotonía: El discurso publicitario no puede ser un texto serio y monótono, sino variado y fragmentado.
Encubrir determinados datos: Para vender un producto hay que saber ocultar. En un anuncio de tabaco no pueden hablarnos de las estadísticas de muerte por cáncer de pulmón, sino que utilizarán un barco de vela y palabras como libertad, diversión, sabor, aventura.
Ser breve: Nadie está dispuesto a perder mucho tiempo leyendo un texto publicitario, por muy interesante que sea. El discurso ha de ser breve, directo, condensado, casi telegráfico.
Para cumplir estas características, el discurso publicitario resulta de la mezcla del resto de discursos, cogiendo las partes más seductoras de cada uno de ellos (la tensión narrativa del discurso narrativo, la claridad del expositivo, la convicción del argumentativo).
Para cumplir estas características, el discurso publicitario resulta de la mezcla del resto de discursos, cogiendo las partes más seductoras de cada uno de ellos (la tensión narrativa del discurso narrativo, la claridad del expositivo, la convicción del argumentativo). Su forma de exposición es fragmentada. Se compone de frases cortas, de golpes de información fáciles de asimilar de un solo vistazo. Suele jugar con distintos tipos y cuerpos de letra y con la disposición del texto en la página.
En cuanto a las estrategias discursivas, las utiliza todas, aunque principalmente juega con la analogía (un coche es una mujer bella la Coca Cola es la felicidad), la asociación por contrario (quien lava con X está radiante y tiene la vida resuelta para quien utiliza otros detergentes la vida es un infierno) y la generalización (si la chica que por las mañanas se echa esa colonia es dinámica, eficiente, deseada, feliz todas lo seremos sólo con comprar).
DISCURSO PUBLICITARIO.
El objetivo de un texto publicitario es vender un producto, y el redactor habrá de utilizar todos los recursos posibles para alcanzar ese objetivo, sin ningún tipo de escrúpulos. Los publicistas son los mayores ladrones de la historia: han robado sonatas a grandes compositores, cuadros a los pintores, frases a los escritores, canciones a los cantantes, expresiones a la gente de a pie... Y es que siempre tienen que estar renovando su repertorio.
Por culpa de la competencia y la saturación de la publicidad, las características fundamentales que ha de cumplir el discurso publicitario son:
Ser atractivo: Tiene que conseguir seducir al lector, aunque sea a base de mentiras.
Sorprender: El lector sólo leerá lo que llame su atención, por lo que el discurso publicitario tiene que ofrecer siempre algo nuevo, algo único. Los creativos se rompen la cabeza pensando en formas nuevas de vender lo mismo de siempre.
Huir de la monotonía: El discurso publicitario no puede ser un texto serio y monótono.
Encubrir determinados datos: Para vender un producto hay que saber ocultar. En un anuncio de tabaco no pueden hablarnos de las estadísticas de muerte por cáncer de pulmón, sino que utilizarán un barco de vela y palabras como libertad, diversión, sabor, aventura.
Ser breve: Nadie está dispuesto a perder mucho tiempo leyendo un texto publicitario, por muy interesante que sea. El discurso ha de ser breve, directo, condensado, casi telegráfico.
Para cumplir estas características, el discurso publicitario resulta de la mezcla del resto de discursos, cogiendo las partes más seductoras de cada uno de ellos (la tensión narrativa del discurso narrativo, la claridad del expositivo, la convicción del argumentativo).
Su forma de exposición es fragmentada. Se compone de frases cortas, de golpes de información fáciles de asimilar de un solo vistazo. Suele jugar con distintos tipos y cuerpos de letra y con la disposición del texto en la página (frases puestas en diagonal, cuadros de texto, etc.).
En cuanto a las estrategias discursivas, las utiliza todas, aunque principalmente juega con la analogía (un coche es una mujer bella la Coca Cola es la felicidad), la asociación por contrario (quien lava con Z está radiante y tiene la vida resuelta para quien utiliza otros detergentes la vida es un infierno) y la generalización (si la chica que por las mañanas se echa esa colonia es dinámica, eficiente, deseada, feliz todas lo seremos sólo con comprar el ungüento mágico).
Entendiendo que esta clasificación no es tajante e incluso podemos asegurar la existencia de un discurso mixto que incluye en su estructura partes de cualquiera de estos tipos de discurso.
Como estructura verbal, un discurso es una secuencia coherente de oraciones. La coherencia global se define por los temas o tópicos que se expresan por ejemplo en los titulares o los resúmenes del discurso.
TIPOS DE DISCURSO.
Una vez comprendido lo que es el discurso es imperante dar la clasificación de los discursos es así que encontramos una amplia gama de clasificaciones que están en función del fin comunicativo, es así que en este apartado nos enfocaremos y vamos a trabajar con esta clasificación que es la más aceptada ya que contemplo la mayoría de los momento comunicativos y en esta clasificación es que encontramos al discurso dividido en:
o Discurso Narrativo.
o Discurso Expositivo.
o Discurso Argumentativo.
o Discurso Publicitario.
DISCURSO NARRATIVO.
El discurso narrativo es la exposición de unos hechos relatables por medio de una trama y un argumento. Por supuesto, es el que se utiliza en la novela y el cuento, pero cada vez más personas recurren a sus bondades fuera de la literatura sino también en noticias chistes etc.
En cuanto tal, la historia sólo puede tener un mérito: el conseguir que el público quiera saber qué ocurre después. A la inversa, sólo puede tener un defecto: conseguir que el público no quiera saber lo que ocurre después. Es el organismo literario más primitivo y más elemental. sin embargo, es el más común de todos esos organismos complejos que conocemos como novelas.
Esta cualidad del discurso narrativo viene dada por la intriga o la tensión narrativa, que consiste en abrir uno o varios hilos de acción que no se resuelven hasta el final (o que se van resolviendo poco a poco, pero quedando siempre alguno pendiente) o, lo que es lo mismo, ir creando expectativas al lector y satisfacerlas gradualmente.
También por esto las partes del discurso narrativo se denominan inicio, nudo y desenlace. En el inicio se plantean uno o varios personajes que empiezan alguna acción, en el nudo se plantean un conflicto y en el desenlace éste se resuelve.
Las formas en las que el discurso narrativo se desarrolla serían la descripción, la narración, el diálogo, el monólogo, la elipsis... y la estrategia discursiva más utilizada correspondería a la asociación por analogía, que es lo que en lenguaje literario se llamaría metáfora.
DISCURSO EXPOSITIVO.
El discurso expositivo es el que busca informar de determinada cuestión o aclararla. Ha de ser, por tanto, un texto limpio y poco llamativo. El lector lo va a leer porque le interesa el contenido, no obstante, como cualquier escrito, ha de hacérsele agradable y entretenido, porque si no lo dejará a la mitad, por muy interesado que esté en el tema. Sus principales características son:
Claridad: La exposición ha de ser clara ante todo el texto nos lo aclara el tópico alrededor del cual esta trabajando.
Concisión: El discurso ha de ser conciso, sintético, las ideas que refleje estén expresadas con exactitud en el menor número de frases. Objetividad: Un texto expositivo no debe reflejar opiniones personales y, si lo hace, éstas han de estar enmascaradas tras una apariencia objetiva. Si escribimos para que nos aclaren una duda y nos contestan con frases como (Yo creo que), (Es posible que) nos podemos enfadar, con todo el derecho.
Centrarse en el tema: Un cuento puede ser digresivo. Un texto expositivo no. Ha de atenerse al tema en todo momento y no desviarse. Cualquier idea que se salga del asunto del que estamos hablando, sin importar su genialidad, ha de rechazarse al instante.
La construcción del discurso expositivo ha de estar bien estructurada: una introducción que aclare el tema, la explicación propiamente dicha y un epílogo o resumen que recuerde al lector todas las ideas tratadas.
En cuanto a las estrategias discursivas, se podrán utilizar todos los tipos de asociaciones pero sobre todo las relaciones por analogía, causa, consecuencia, precedencia y sucesión.
DISCURSO ARGUMENTATIVO.
El objetivo principal del discurso argumentativo es convencer, y a ello debe ir dirigida cada palabra que elijamos. Convencer no significa, avasallar ni ofender ni despreciar, sino acudir al entendimiento lógico del lector para que comprenda nuestras razones. Dado que vamos a intentar introducir un concepto nuevo sobre alguna cuestión que el lector no tiene a priori, habrá que poner especial cuidado en que esa intromisión en la configuración de su mente no sea brusca, sino que al leer el texto le parezca que eso es lo que ha opinado siempre, o que ha sido él mismo el que ha sacado las conclusiones.
Las características del texto argumentativo han de ser:
Lógica: Los argumentos u opiniones que se den han de tener una base racional bien sólida. El discurso no puede tener una apariencia arbitraria.
Convicción: Las razones que se aporten han de ser convincentes. Eso no quiere decir que sean verdaderas, sino que tienen que parecer verdaderas. Sería parecido a la diferencia entre realidad y verosimilitud (a veces la realidad es inverosímil, y la ficción de un relato puede parecer real como la vida misma).
Suavidad: Es importante que la argumentación se desarrolle suavemente, sin prepotencia ni brusquedad. Ha de parecer que las ideas han estado ahí desde siempre, y que nosotros lo único que hemos hecho es transcribir (como meros amanuenses) una verdad universal.
Humildad: Un discurso argumentativo bien construido ha de ser humilde, sin aires de grandeza ni de erudición. El lector desconfía de quien necesita grandes palabras para argumentar una opinión.
El discurso argumentativo se estructura de la siguiente manera: en primer lugar se expone la tesis (a modo de introducción) o las ideas que se pretenden demostrar; luego se pasa a la argumentación propiamente dicha, con las opiniones concretas razonadas convenientemente; finalmente se expresa la conclusión, que vuelve a la idea inicial, pero esta vez con el peso de la razón detrás.
Las estrategias discursivas más utilizadas en este tipo de discurso son la analogía, la asociación por contrario, la generalización, la ejemplificación y la experiencia personal y de autoridades.
DISCURSO EXPOSITIVO.
El objetivo de un texto publicitario es vender un producto, y el redactor habrá de utilizar todos los recursos posibles para alcanzar ese objetivo, sin ningún tipo de escrúpulos. Los publicistas son los mayores ladrones de la historia: han robado sonatas a grandes compositores, cuadros a los pintores, frases a los escritores, canciones a los cantantes, expresiones a la gente de a pie es que siempre tienen que estar renovando su repertorio.
Por culpa de la competencia y la saturación de la publicidad, las características fundamentales que ha de cumplir el discurso publicitario son:
Ser atractivo: Tiene que conseguir seducir al lector, aunque sea a base de mentiras (en el fondo todos estamos deseando que nos mientan un poco, que nos pinten el mundo del color de la esperanza).
Sorprender: El lector sólo leerá lo que llame su atención, por lo que el discurso publicitario tiene que ofrecer siempre algo nuevo, algo único. Los creativos se rompen la cabeza pensando en formas nuevas de vender lo mismo de siempre.
Huir de la monotonía: El discurso publicitario no puede ser un texto serio y monótono, sino variado y fragmentado.
Encubrir determinados datos: Para vender un producto hay que saber ocultar. En un anuncio de tabaco no pueden hablarnos de las estadísticas de muerte por cáncer de pulmón, sino que utilizarán un barco de vela y palabras como libertad, diversión, sabor, aventura.
Ser breve: Nadie está dispuesto a perder mucho tiempo leyendo un texto publicitario, por muy interesante que sea. El discurso ha de ser breve, directo, condensado, casi telegráfico.
Para cumplir estas características, el discurso publicitario resulta de la mezcla del resto de discursos, cogiendo las partes más seductoras de cada uno de ellos (la tensión narrativa del discurso narrativo, la claridad del expositivo, la convicción del argumentativo).
Para cumplir estas características, el discurso publicitario resulta de la mezcla del resto de discursos, cogiendo las partes más seductoras de cada uno de ellos (la tensión narrativa del discurso narrativo, la claridad del expositivo, la convicción del argumentativo). Su forma de exposición es fragmentada. Se compone de frases cortas, de golpes de información fáciles de asimilar de un solo vistazo. Suele jugar con distintos tipos y cuerpos de letra y con la disposición del texto en la página.
En cuanto a las estrategias discursivas, las utiliza todas, aunque principalmente juega con la analogía (un coche es una mujer bella la Coca Cola es la felicidad), la asociación por contrario (quien lava con X está radiante y tiene la vida resuelta para quien utiliza otros detergentes la vida es un infierno) y la generalización (si la chica que por las mañanas se echa esa colonia es dinámica, eficiente, deseada, feliz todas lo seremos sólo con comprar).
DISCURSO PUBLICITARIO.
El objetivo de un texto publicitario es vender un producto, y el redactor habrá de utilizar todos los recursos posibles para alcanzar ese objetivo, sin ningún tipo de escrúpulos. Los publicistas son los mayores ladrones de la historia: han robado sonatas a grandes compositores, cuadros a los pintores, frases a los escritores, canciones a los cantantes, expresiones a la gente de a pie... Y es que siempre tienen que estar renovando su repertorio.
Por culpa de la competencia y la saturación de la publicidad, las características fundamentales que ha de cumplir el discurso publicitario son:
Ser atractivo: Tiene que conseguir seducir al lector, aunque sea a base de mentiras.
Sorprender: El lector sólo leerá lo que llame su atención, por lo que el discurso publicitario tiene que ofrecer siempre algo nuevo, algo único. Los creativos se rompen la cabeza pensando en formas nuevas de vender lo mismo de siempre.
Huir de la monotonía: El discurso publicitario no puede ser un texto serio y monótono.
Encubrir determinados datos: Para vender un producto hay que saber ocultar. En un anuncio de tabaco no pueden hablarnos de las estadísticas de muerte por cáncer de pulmón, sino que utilizarán un barco de vela y palabras como libertad, diversión, sabor, aventura.
Ser breve: Nadie está dispuesto a perder mucho tiempo leyendo un texto publicitario, por muy interesante que sea. El discurso ha de ser breve, directo, condensado, casi telegráfico.
Para cumplir estas características, el discurso publicitario resulta de la mezcla del resto de discursos, cogiendo las partes más seductoras de cada uno de ellos (la tensión narrativa del discurso narrativo, la claridad del expositivo, la convicción del argumentativo).
Su forma de exposición es fragmentada. Se compone de frases cortas, de golpes de información fáciles de asimilar de un solo vistazo. Suele jugar con distintos tipos y cuerpos de letra y con la disposición del texto en la página (frases puestas en diagonal, cuadros de texto, etc.).
En cuanto a las estrategias discursivas, las utiliza todas, aunque principalmente juega con la analogía (un coche es una mujer bella la Coca Cola es la felicidad), la asociación por contrario (quien lava con Z está radiante y tiene la vida resuelta para quien utiliza otros detergentes la vida es un infierno) y la generalización (si la chica que por las mañanas se echa esa colonia es dinámica, eficiente, deseada, feliz todas lo seremos sólo con comprar el ungüento mágico).
Entendiendo que esta clasificación no es tajante e incluso podemos asegurar la existencia de un discurso mixto que incluye en su estructura partes de cualquiera de estos tipos de discurso.
Como estructura verbal, un discurso es una secuencia coherente de oraciones. La coherencia global se define por los temas o tópicos que se expresan por ejemplo en los titulares o los resúmenes del discurso.