Con
notable claridad Marshall McLuhan anticipó el tránsito a la “aldea global”;
afirmó que el medio es el mensaje; que
las tecnologías admiten ser consideradas como prolongaciones de nuestro cuerpo
y nuestros sentidos; que los medios de comunicación admiten ser comprendidos
como tecnologías y extensiones de nuestro sistema nervioso central; que es
posible distinguir entre medios cálidos y fríos. La definición de los datos que
pueden ser transmitidos a través de algún medio, y el grado de participación de
las audiencias para “completar” las insuficiencias informativas del medio, son
los dos criterios fundamentales que permiten distinguir a los medios fríos de
los calientes:
Alta definición es el estado del ser bien abastecido de datos. Visualmente, una fotografía es una alta definición. Una caricatura es una definición baja por la sencilla razón de que proporciona muy poca información visual. El teléfono es un medio frío o un medio de definición baja debido a que se da al oído una cantidad mezquina de información, y el habla es un medio frío de definición baja, debido a que es muy poco lo que se da y mucho lo que el oyente tiene que completar.
Los medios cálidos son de poca o baja participación, mientras que los medios fríos son de alta participación para que el público los complete.
Después de tres mil años de explosión por medio de técnicas fragmentarias y mecánicas, el mundo de Occidente entra en implosión. Durante las eras mecánicas prolongamos nuestros cuerpos en el espacio. Hoy en día, después de más de un siglo de técnica eléctrica, hemos prolongado nuestro propio sistema nervioso central en un alcance total, aboliendo tanto el espacio como el tiempo en cuanto se refiere a nuestro planeta. Estamos acercándonos rápidamente a la fase final de las prolongaciones del hombre, o sea la simulación técnica de la conciencia cuando el desarrollo creador del conocimiento se extienda colectiva y conjuntamente al total de la sociedad humana, del mismo modo en que ya hemos ampliado y prolongado nuestros sentidos y nuestros nervios valiéndonos de los distintos medios.
McLuhan consideraba al telégrafo como la “hormona social” que dio inicio a la velocidad instantánea en el movimiento de la información. Los paralelismos que es posible advertir entre la introducción del telégrafo y el advenimiento de Internet resultan sorprendentes. De acuerdo con McLuhan, el telégrafo introdujo la “era de la angustia”: el hombre había iniciado una exteriorización o prolongación de su sistema nervioso central, que actualmente, con las emisiones vía satélite, se acerca a una prolongación de la conciencia.
Alta definición es el estado del ser bien abastecido de datos. Visualmente, una fotografía es una alta definición. Una caricatura es una definición baja por la sencilla razón de que proporciona muy poca información visual. El teléfono es un medio frío o un medio de definición baja debido a que se da al oído una cantidad mezquina de información, y el habla es un medio frío de definición baja, debido a que es muy poco lo que se da y mucho lo que el oyente tiene que completar.
Los medios cálidos son de poca o baja participación, mientras que los medios fríos son de alta participación para que el público los complete.
Después de tres mil años de explosión por medio de técnicas fragmentarias y mecánicas, el mundo de Occidente entra en implosión. Durante las eras mecánicas prolongamos nuestros cuerpos en el espacio. Hoy en día, después de más de un siglo de técnica eléctrica, hemos prolongado nuestro propio sistema nervioso central en un alcance total, aboliendo tanto el espacio como el tiempo en cuanto se refiere a nuestro planeta. Estamos acercándonos rápidamente a la fase final de las prolongaciones del hombre, o sea la simulación técnica de la conciencia cuando el desarrollo creador del conocimiento se extienda colectiva y conjuntamente al total de la sociedad humana, del mismo modo en que ya hemos ampliado y prolongado nuestros sentidos y nuestros nervios valiéndonos de los distintos medios.
McLuhan consideraba al telégrafo como la “hormona social” que dio inicio a la velocidad instantánea en el movimiento de la información. Los paralelismos que es posible advertir entre la introducción del telégrafo y el advenimiento de Internet resultan sorprendentes. De acuerdo con McLuhan, el telégrafo introdujo la “era de la angustia”: el hombre había iniciado una exteriorización o prolongación de su sistema nervioso central, que actualmente, con las emisiones vía satélite, se acerca a una prolongación de la conciencia.