“El
medio es el masaje”
Marshall McLuhan y Quentin Fiorre
En El medio es el masaje, los autores hablan de que todo nuestro entorno se basa en los medios de comunicación, que en nuestra época ya se encuentran globalizados, desde la invención de la imprenta hasta la televisión; lo cual ha hecho que todos los seres humanos puedan conectarse y comunicarse de mejor manera, creando así una aldea global. Esto significa que todos podemos conocer de inmediato lo que pasa en el mundo y además volvernos partícipes de ello, controlando nuestro entorno, moldeando nuestra vida y nuestra sensibilidad, de la que no nos damos cuenta por lo veloz que han sido y son los cambios.
Una de las primeras ideas que aparecen en el libro, y la principal, es que los medios de comunicación y las tecnologías son prolongaciones de los sentidos humanos, en el sentido estricto y de acuerdo a McLuhan: “Todos los medios son prolongaciones de alguna facultad humana, psíquica o física”.
Ø La rueda es una prolongación del pie.
Ø El libro es una prolongación del ojo.
Ø La ropa, una prolongación de la piel.
Ø E circuito eléctrico, prolongación del sistema nervioso central.
Aunado con la idea anterior, podemos decir que con el nacimiento de nuevos medios cambia nuestra forma de estar en el mundo y de percibirlo. Nuevos medios generan nuevas formas de comunicarse con el mundo, según la facultad humana que privilegien.
A partir de esta idea general, McLuhan analiza cómo el órgano dominante en las sociedades prealfabéticas era el oído y cómo con la creación del alfabeto, fue el ojo el órgano dictatorial. “La pluma de ganso acabó con la conversación”, nos dice el autor. Además habla sobre el alfabeto de una forma “divina”: “es capaz de retrotraerse a los comienzos, mirarlo con ingenuidad y maravilla, y decir: ¿de dónde surgió e prodigioso arte místico de pintar el lenguaje y hablar a los ojos?”.
Después profundiza en la sociedad alfabética y se mete de lleno en los cambios que introdujo la imprenta, la cual no sólo habla a los ojos, sino que permite multiplicar el mensaje, es un “mecanismo repetidor”.
También nos habla sobre la privacidad. Las indicaciones positivas de la privacidad vienen dadas por ser algo “elegible”, por ser el opuesto de público. Y cuando estos dos opuestos convergen, aparece la aldea global. En la aldea global, cada uno gestiona su propia privacidad, dándole los límites públicos que desea; se puede desconectar de todo así como se puede conectar con todo.
El principal problema que McLuhan ve a la aldea global es que se está forzando a los nuevos medios a cumplir con el papel de los viejos. Es decir, vemos el futuro a través del pasado.
Marshall McLuhan en este libro, nos hace una comparación lógica con respecto al efecto de relajación que tiene un masaje corporal y el efecto que crean los medios en el cerebro utilizando las distintas maneras de comunicar un mensaje, dejándonos la posibilidad de una objetividad o incluso un análisis hacia lo que nos están infundiendo.
Los avances que ha tenido la tecnología y la industria eléctrica se han involucrado mucho en la forma en que se estructura el pensamiento, la conducta y las relaciones en la sociedad. Asimismo, es por medio de estas industrias, que quienes tienen el poder sobre los medios se han aprovechado de esta ventaja para sus propios beneficios.
Un obstáculo que se menciona es la incapacidad del individuo para poder comprender, en su totalidad, los efectos que los medios provocan, es decir, el no poder observar desde perspectivas distintas cada fenómeno que se presenta, sino desde un punto fijo ya establecido previamente.
Se considera que lo importante es conocer lo que ha de conformar el mensaje, es decir, la información que proporciona, y de éste modo poder comprender de una manera más eficaz los cambios que se presentan en una sociedad que constantemente se va renovando.
Marshall McLuhan y Quentin Fiorre
En El medio es el masaje, los autores hablan de que todo nuestro entorno se basa en los medios de comunicación, que en nuestra época ya se encuentran globalizados, desde la invención de la imprenta hasta la televisión; lo cual ha hecho que todos los seres humanos puedan conectarse y comunicarse de mejor manera, creando así una aldea global. Esto significa que todos podemos conocer de inmediato lo que pasa en el mundo y además volvernos partícipes de ello, controlando nuestro entorno, moldeando nuestra vida y nuestra sensibilidad, de la que no nos damos cuenta por lo veloz que han sido y son los cambios.
Una de las primeras ideas que aparecen en el libro, y la principal, es que los medios de comunicación y las tecnologías son prolongaciones de los sentidos humanos, en el sentido estricto y de acuerdo a McLuhan: “Todos los medios son prolongaciones de alguna facultad humana, psíquica o física”.
Ø La rueda es una prolongación del pie.
Ø El libro es una prolongación del ojo.
Ø La ropa, una prolongación de la piel.
Ø E circuito eléctrico, prolongación del sistema nervioso central.
Aunado con la idea anterior, podemos decir que con el nacimiento de nuevos medios cambia nuestra forma de estar en el mundo y de percibirlo. Nuevos medios generan nuevas formas de comunicarse con el mundo, según la facultad humana que privilegien.
A partir de esta idea general, McLuhan analiza cómo el órgano dominante en las sociedades prealfabéticas era el oído y cómo con la creación del alfabeto, fue el ojo el órgano dictatorial. “La pluma de ganso acabó con la conversación”, nos dice el autor. Además habla sobre el alfabeto de una forma “divina”: “es capaz de retrotraerse a los comienzos, mirarlo con ingenuidad y maravilla, y decir: ¿de dónde surgió e prodigioso arte místico de pintar el lenguaje y hablar a los ojos?”.
Después profundiza en la sociedad alfabética y se mete de lleno en los cambios que introdujo la imprenta, la cual no sólo habla a los ojos, sino que permite multiplicar el mensaje, es un “mecanismo repetidor”.
También nos habla sobre la privacidad. Las indicaciones positivas de la privacidad vienen dadas por ser algo “elegible”, por ser el opuesto de público. Y cuando estos dos opuestos convergen, aparece la aldea global. En la aldea global, cada uno gestiona su propia privacidad, dándole los límites públicos que desea; se puede desconectar de todo así como se puede conectar con todo.
El principal problema que McLuhan ve a la aldea global es que se está forzando a los nuevos medios a cumplir con el papel de los viejos. Es decir, vemos el futuro a través del pasado.
Marshall McLuhan en este libro, nos hace una comparación lógica con respecto al efecto de relajación que tiene un masaje corporal y el efecto que crean los medios en el cerebro utilizando las distintas maneras de comunicar un mensaje, dejándonos la posibilidad de una objetividad o incluso un análisis hacia lo que nos están infundiendo.
Los avances que ha tenido la tecnología y la industria eléctrica se han involucrado mucho en la forma en que se estructura el pensamiento, la conducta y las relaciones en la sociedad. Asimismo, es por medio de estas industrias, que quienes tienen el poder sobre los medios se han aprovechado de esta ventaja para sus propios beneficios.
Un obstáculo que se menciona es la incapacidad del individuo para poder comprender, en su totalidad, los efectos que los medios provocan, es decir, el no poder observar desde perspectivas distintas cada fenómeno que se presenta, sino desde un punto fijo ya establecido previamente.
Se considera que lo importante es conocer lo que ha de conformar el mensaje, es decir, la información que proporciona, y de éste modo poder comprender de una manera más eficaz los cambios que se presentan en una sociedad que constantemente se va renovando.